18 de mayo de 2013

The beginning is near


Y ahí estuvo el viajero, preguntándose donde estaba, impaciente por saber hacia dónde iría, descolocado por no saber quién era, así se pasó toda la noche reflexionando. Mirando el inconmensurable cielo nocturno, lleno de puntos blancos, algunos nacientes, otros moribundos, pero allí estaban.

-¿Qué son?- se preguntó retóricamente. 

Siguió contemplando el magno cielo mientras se decía hacia sí mismo “Es solo una figura plana en el techo del orbe o hay algo más allá que el mundo nuestro”, la escalofriante sensación de ignorancia de todo lo que lo rodeaba le hacía sentir pavor, un miedo profundo de lo desconocido, de lo ilimitado y vasto del “todo”. Así se pasó toda la noche…


11 de mayo de 2013

El Corazón sabe a donde late


Unas cuantas tragedias habían sacudido a esta pequeña familia. Viajaban por uno de esos motivos, su hijo,  que había sufrido un terrible accidente y su estado era reservado.

El viaje empezó sin complicaciones, de no ser por la negligencia del ebrio piloto que no supo decir que “NO” aunque este ya preveía el mal tiempo, hubiera sido mejor esperar a que la atmósfera se apacigüe, pero como ser asertivos con la decisión de estos jóvenes padres, cuando su único hijo de cinco años sufrió una grave caída y la zona más afectada era la cabeza.

Era inevitable un accidente, el aeroplano callo intempestivamente hacia una árida zona despoblada. El cuerpo inerte del piloto yacía entre los fierros retorcidos del avión como el de la joven pareja pero está aún con vida, apenas respirando, se dieron un apretón de manos y dejaron que sus caricias hablen por ellos, reposaron hasta que el aliento les volvió, comenzaron a decir lo mucho que se querían entre lágrimas desprovistas de camino por sus mejillas.


El joven padre recordó que tenía un celular en el bolsillo interior de su abrigo, toco la parte inferior de su pecho, y SI, estaba. Se apresuró a llamar a la clínica donde atendían a su hijo, empezó a sonar, mientras la joven madre convulsionaba, su vida se acababa, la fuerza con la que apretaba la mano de su amado se disparó y de un remezón callo, había muerto.

La recepcionista contesto y  al escuchar el pedido del padre, se precipito en donde una enfermera, esta puso el celular cerca del niño tendido en la cama aún inconsciente. El padre empezó a decirle:



“Habrá fotos para que tengas un recuerdo de nosotros, nuestro cariño del que necesitaras en la medida que crezcas, lo sé, te faltara, ya no estaré para llevarte al parque y venzas la timidez, o tu madre para que te arrope en las noches, (*tos, la sangre llenaba sus pulmones) lamento todo esto, a pesar de todo, estaremos ahí para ti, siempre que te asfixies de problemas, tu madre y yo soplaremos para que te refresques , cuídate, Te quiero… “ el oxígeno se le acabo, murió agoviado.



Cuando la llamada finalizo, la enfermera vio caer una lágrima por la mejilla del niño, mientras un ruido blanco y consecutivo se apoderaba del electrocardiograma. Su corazón dejo de latir.



5 de mayo de 2013

"Brillante sobre el mic"


Aquí, sentado en mi tétrica sala, viendo a través de mi ventana el cielo polucionado de esta ciudad, recuerdo ese viaje con mis amigos a la playa, utilizando de pretexto “semana santa”, pretexto para desentendernos del mundo monótono en el que nos sumimos.

Recuerdo los polos dejados a ras de la arena mientras corríamos bestialmente al mar, el sol incandescente e implacable, los niños chapuceando a orillas de la playa, las chicas en biquini contorneándose; mientras nos provocaban erecciones a nosotros, jóvenes libidinosos que turban su mente cada vez que pueden. Esa tarde del primer día, una vetusta imagen del mundo del que veníamos iba cayendo junto con el ocaso.

Recuerdo las noches gélidas y pasivas, en donde el humo nos secaba la boca, nos envolvía en un manto cómico y enrojecía pupilas; era la mala posición de la fogata, claro está. Sobrellevamos el frió con alcohol, el elixir liberador del bufón sincero y cariñoso, al que normalmente mantenemos aprisionado en barrotes de vergüenza.

Respiramos gustosos el aire liviano y puro del mar, lo esencial de ese momento era olvidarnos de todo lo superfluo y farandulero de la ciudad, quedar aliviados de presiones, porque dentro de todo hombre hay un niño que quiere salir a jugar con sus amigos, era el momento, era nuestro momento.Solo soy alguien que se alimenta de recuerdos, y ese, es mi platillo preferido…